INDUCCIÓN MIOFASCIAL

Hasta no hace mucho tiempo no se tenia muy claro cual era la función del tejido conectivo o fascias y se consideraba que tan solo era un tejido que compartimentaba diferentes zonas del cuerpo. Sin embargo, los últimos estudios han demostrado que el tejido conectivo es una red continua que recubre todas las partes del cuerpo y las interrelaciona, interviene en el intercambio de sustancias, nutrición de los tejidos, eliminación de los tóxicos y productos de desecho del metabolismo y encauza la movilidad de nuestro cuerpo y define nuestra postura.

Considerando que el recorrido de la fascia es continuo, cualquier cambio estructural en una determinada parte del cuerpo genera restricciones en las partes distales. Este cambio estructural de la fascia llamado “disfunción miofascial” puede producirse por diversos traumatismos de origen mecánico o emocional, de origen intrínseco o extrínseco como, por ejemplo, un golpe, una caída, una intervención quirúrgica, una menstruación dolorosa o una postura inadecuada. La disfunción miofascial no tratada correctamente y a tiempo, lleva al paciente a un círculo vicioso de tensión y espasmo muscular produciendo una disfunción orgánica y el dolor.

La Terapia Miofascial se basa en actuar por tanto sobre el tejido conectivo. A diferencia del tejido muscular, cuando queremos generar una reacción o cambio sobre el sistema fascial usaremos técnicas en las que el factor mas importante es la correcta intensidad, profundidad y tiempo de actuación de los tejidos. Esto requiere un conocimiento previo de la anatomía fascial y una cierta experiencia dentro del ámbito de la terapia manual para poder asi actuar sobre el tejido correcto.

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